Y sin casi sufrirlo, aquí está.
Ha quedado pequeñito, brillante, ligero, cuco, y dan ganas de pegarle un bocao.
En tiendas esta semana que viene, supongo.
O quizá ya mismo, yo lo he pillado en el Saló del Manga.
En Dolmen. Gracias a Jorge Iván (que me ha robado la foto, que lo sé yo…) y a Vicente por su paciencia con un maniático de los presupuestos raros y caros.
Qué mes, señores.
(Y la colcha sin planchar.)

